
La empresa, lejos de reconocer las sentencias ha decidido recurrirlas, además de mantener a los siete trabajadores en situación de licencia retribuida, es decir, cobrando su sueldo integro sin acudir a su puesto de trabajo y sin permitir que desarrollen su labor profesional. Con anterioridad ya mantuvo a dos trabajadores en esta situación situación durante dos años, hasta la ratificación ratificación de la sentencia y su readmisión readmisión por el Tribunal Supremo.
Teniendo en cuenta que el principal motivo que la empresa aduce delante de los trabajadores para estas reducciones de plantilla es la disminución de los ingresos y la bajada de las ventas, este dinero empleado en costos judiciales, recursos, salarios de tramitaciones y licencias retribuidas, resulta cuando menos indecente. Y todo esto, mientras mantiene los salarios de sus trabajadores congelados desde hace años, aparte de no negociarse absolutamente ninguna mejora de las condiciones de trabajo que no redunden en costes dinerarios.
Panda Security continúa dejando huella en los tribunales a la par que mantiene políticas internas basadas en el autoritarismo, la falta de sentido común y la concepción feudal de las relaciones empresa-trabajador. Con Juan Santana a la cabeza, Panda persigue únicamente el enriquecimiento de los grupos inversores y accionistas, pero olvida que sin motivación, incentivación y ni un mínimo de respeto para con los trabajadores, es imposible alcanzar los objetivos tan ansiados. No cabe duda de que la nefasta gestión de Juan Santana y de la dirección de Recursos Humanos son de las que hacen época.
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