Carrefour Market nos quiere como esclavos

miércoles, 31 de julio de 2013

A partir del próximo mes de octubre, la empresa pretende modificar sustancialmente nuestras condiciones de trabajo, en concreto nuestro horario. Esto es debido al imperativo legal que establece, como norma general, la libranza de dos días por semana para todos los trabajadores y trabajadoras.
 Pues bien, la empresa, haciendo gala de la conducta a las que nos tiene acostumbrados, pretende convertir esto, que en principio se suponía beneficioso para toda la plantilla, en otro recorte a nuestros derechos. Pretende, aprovechándose de esta obligación, desregularizarnos completamente la jornada. Así, podría modificar nuestro horario del modo que más les convenga. 
Para aplicar los nuevos turnos y horarios de trabajo la empresa tiene previsto lo siguiente:
· Como criterio general, en tanto la nueva organización lo permita, los trabajadores  mantendrán su turno actual, aplicándose las modificaciones mediante deslizamiento de horario. Lo que no plantean es si este deslizamiento será proporcional entre todos los días de la semana, o bien tendremos que trabajar durante jornadas extenuantes en los días de mayor actividad.
· En los turnos o jornadas partidas, el descanso no podrá tener una duración mayor a la duración menor del tiempo de trabajo anterior y posterior al descanso, intentando que dicho tiempo sea además el menor posible y no superior a 3 horas. A estos efectos, en jornadas partidas entre 6 horas y menos de 8 de tiempo de trabajo efectivo, la interrupción no será superior a 2 horas. En jornada partidas a partir de 8 horas de trabajo efectivo, la interrupción será como máximo de 2 horas y media, salvo dos días por semana que podrá ser de hasta 3 horas. Parece ser que con este punto el “criterio general” del punto anterior quizá no sea tan general como nos quieren hacer pensar. En cualquier caso, la empresa tiene la posibilidad de partirnos la jornada.
· Las jornadas con tiempo efectivo de trabajo no superior a 4 horas deberán ser continuadas.
· Las jornadas continuadas no superiores a cinco horas, no tendrán descanso dentro de la jornada. En el resto de jornadas continuadas el tiempo de descanso no será superior a 20 minutos. 
 · La jornada máxima ordinaria no será superior a 8 horas y media de trabajo efectivo para trabajadores a jornada completa. Dentro de una semana no habrá más de dos días de dicha jornada máxima. Esto, para las jornadas completas; para las parciales no existe límite salvo el dictado por el Estatuto de los Trabajadores, por lo que podremos tener jornadas diarias hasta de 11 horas.
· En el caso de los trabajadores a jornada completa la jornada diaria no será inferior a 4 horas.
 Y todo esto qué compensación tiene. La siguiente, que no es mucha:
· El descanso será de dos días a la semana de promedio anual, como norma general. Repetimos: “como norma general”. Confiemos en que la norma general no se convierta en una excepción.
· El descanso de los dos días se concentrará en domingo y otro día de la semana fijo o rotativo en función de la distribución de la carga de trabajo entre los días de la semana. En esta distribución se garantizará de dos fines de semana de descanso por trimestre, de los que uno se disfrutará en un trimestre el sábado-domingo y en el siguiente domingo-lunes, o viceversa, y así sucesivamente, y el otro fin de semana será de sábado-domingo-lunes.
 En conclusión, con estos criterios de actuación, la empresa tendrá vía libre para cambiar nuestros horarios como prefiera: podrá hacernos trabajar jornadas extenuantes de hasta 11 horas; podrá partirnos la jornada haciéndonos venir mañana y tarde; podrá acumular la mayor parte de nuestra jornada en los días con mayor carga de trabajo y, finalmente, tendrá nuestra total disponibilidad. 
  Todo esto se lo debemos al acuerdo que desde Madrid han pactado la Empresa y la mayoría de la Representación Social del Comité Intercentros. Esta mayoría ha estado compuesta por FETICO y CCOO, dos sindicatos que son una vergüenza para la clase trabajadora. Después de firmar el Convenio más indignante que hasta ahora habíamos visto, en el que los derechos luchados y conseguidos durante décadas han sido tirados a la basura, han pactado lo que siempre ha perseguido la empresa: la desregularización total de nuestra jornada laboral, o lo que es lo mismo, nuestra total disponibilidad hacia la empresa, confirmándose así la imposibilidad de conciliar nuestra vida laboral con la familiar.