Como
ya sabéis, han sido despedidos dos compañeros en la sucursal de Atxuri. Dos
despidos que hay que sumar a otros dos anteriores, realizados en el pasado mes
de agosto en la sucursal de Zabalburu. En menos de medio año, se han despedido
a cuatro trabajadores sin ninguna contemplación. Esta vez, los culpables han
sido Juan Luis Piqueras (siempre él), Jefe de Recursos Humanos, y Begoña Kareaga,
gerente de la sucursal de Atxuril.
Pues bien, Señor Piqueras, ha vuelto
usted a demostrar sus “virtudes”, las cuales ya se las hemos repetido
en más de una ocasión, a saber: su inhumanidad, su total falta de ética
profesional, su cinismo y su falta de comprensión. Usted destroza familias y se
ríe; usted roba los derechos de los trabajadores y trabajadoras y se ríe; usted
miente y actúa mal a sabiendas y se ríe. No le importa nada ni nadie más que usted
mismo y su empresa.
Y usted, Señora Kareaga, ha dejado
clara su total incompetencia y su incapacidad para dirigir esta sucursal. Ha
ido dejando pequeñas muestras de torpeza en los dos largos años que lleva como
gerente. Hasta hoy, no hemos sabido si usted viene aquí a trabajar, pues aún no
le hemos visto hacer algo productivo, o a dar un paseo mientras intimida a su
plantilla, algo que sí vemos a diario. Ahora bien, hemos de reconocerle una
habilidad: el miedo, su única herramienta de trabajo, la herramienta de los
incompetentes. Nadie puso en duda la profesionalidad de nuestros compañeros
despedidos.
Usted, simplemente, se libró de ellos, porque no le gustaban. Pues
mire, a nosotros no nos gusta usted por múltiples razones. No nos gusta que no
dé un puente o un sábado a los trabajadores y trabajadoras, mientras usted
disfruta de los que quiere; no nos gusta que sólo aparezca en la tienda para observar, pero no para ayudar y
solucionar problemas; no nos gusta que nuestros compañeros y compañeras tengan
miedo de hablar con usted; no nos gusta, en fin, que llame a otras empresas
para que no contraten a nuestras compañeras (dese cuenta que la mayoría de
nosotros trabajamos a tiempo parcial, cobrando un miserable sueldo, por lo que
no nos queda más remedio que buscar en más sitios para poder llegar a fin de
mes). No quiere verle la cara ningún compañero ni compañera, algo de lo que se
habrá dado sobradamente cuenta. Creerá que cuenta con el apoyo de su empresa.
Pues no, en su momento, la tratarán como usted ha tratado a los demás, y eso
usted lo sabe.
Ahora veamos un par argumentos que
ustedes han empleado en las cartas de despido. Si no fuera tan trágico, sería
para reírse por lo mentiroso y ridículo de estas cartas.
Una de las razones es la siguiente: “Tal como Ud. conoce a
la perfección, a la hora de pasar un producto por el escáner, debe deslizar o
empujar el mismo en lugar de cogerlo, levantarlo o presentarlo al escáner. Este
modo de proceder es debido a que los escáneres son biópticos y permiten el
escaneo vertical y horizontal mejorando la productividad, siempre y cuando se
cumpla la premisa de deslizar los productos”. Miren, Señor Piqueras y Señora
Kareaga, deben creer que los trabajadores y trabajadoras somos imbéciles. Para
empezar, los escáneres biópticos leen únicamente dos caras, no seis, que es lo
que tiene indistintamente un hexaedro, que, casualmente, es la forma que tienen
los recipientes que llevan la mayoría de nuestros productos, es decir, una
caja. Si un producto tiene seis caras y el escáner sólo lee dos, ¿cómo quieren
que no cojamos y levantemos el producto para buscar y dirigir el código de
barras hacia el escáner? Es técnicamente imposible. Comprenden: seis caras, dos
caras. En el fondo es muy sencillo, hasta para duros de mollera. Poca vergüenza
debe de tenerse para despedir a una persona por semejante razón.
Otra joya de la desvergüenza: “Existencia de cajas
vacías, devoluciones, mermas, ropa, etc encima de los palets
sobrantes de mercancía, con la consecuente falta de salubridad y mala imagen
que los mismos ocasionarían”. Ah, esto es otra cosa. ¡Dejar una
caja vacía encima un palet es un acto gravísimo! ¡A quién se le ocurre! ¡Por
favor! ¡Y también ropa! ¡Pero qué se habrá creído este trabajador! ¡Qué despido
ni despido! ¡A la cárcel! De verdad, Señor Piqueras y Señora Kareaga, ¿no se
dan cuenta que esto es insultante, además de ser una mentira y una ridiculez?
Además, ustedes no son los más indicados para hablar de salubridad y mala
imagen, teniendo en cuenta que, gracias a su dejadez, seguimos trabajando con
unas compañeras indeseadas, que no son otras que las ratas. Ratas que pululan
por la tienda royendo, comiendo u orinando en los productos de venta al
público. ¿No les da vergüenza? Ya vemos que no.
Para terminar, queremos decirles que
hasta aquí hemos llegado. Ustedes, Señor Piqueras y Señora Kareaga, han
rebasado la línea roja. Se han reído de los trabajadores y trabajadoras y los
han despreciado e intimidado. Esto no lo vamos a permitir.
Dicho esto, animamos a toda la plantilla
a participar en los paros, concentraciones y movilizaciones convocados por el
Comité de Empresa. Todos sabemos por qué han sido despedidos nuestros
compañeros. Lo mínimo es mostrarles nuestro apoyo y unirnos para que nos se
vuelva a repetir. Hazlo por ellos, hazlo por ti.
Concentración el proximo lunes día 31
de 9h a 10h y de 12h a 13h
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