Como ya sabéis, han despedido a un
compañero y una compañera de la sucursal de Zabalburu (Bilbo). Los culpables,
una vez más, no son otros que el Señor del Palacio y el Señor Piqueras.
Estos señores continúan demostrando un total desprecio hacia todos nosotros.
No les ha sido suficiente con la explotación a la que nos tienen sometidos. Explotación
que conlleva una merma en nuestros derechos, algo que, desgraciadamente, hemos
podido comprobar desde la entrada del último gerente, Alfredo del Palacio.
Entre estos derechos que nos han intentado robar, los más significativos son
los siguientes:
· Derecho a disfrutar de un total de
31 días naturales de vacaciones. Estos señores han negado en varias ocasiones este derecho
a trabajadores y trabajadoras que no pudieron disfrutar de él por culpa de
sufrir una Incapacidad Laboral.
· Derecho al cuidado de los hijos. Estos señores han negado este
derecho a madres que necesitaban un horario concreto para poder conciliar su
vida familiar con la laboral.
· Derecho a acudir al médico. Estos señores han negado este
derecho al intentarnos hacer recuperar el tiempo necesario para acudir a la
cita médica. Además, se negaban a aceptar el justificante médico, hecho que
podría haber concluido en un despido.
Pues bien, a pesar de esto y de los continuos esfuerzos
que estamos realizando, han despedido a nuestros dos compañeros. Y en esta
ocasión, la auténtica razón de los despidos no ha sido a la que nos tienen
acostumbrados, a saber: perdidas de beneficios, mala gestión de la empresa o
reducción de la plantilla. De hecho, los beneficios de este supermercado han
crecido en el último año; tampoco se ha planteado ni realizado ninguna
reducción de plantilla, pues las ventas continúan subiendo en los últimos
trimestres. La verdadera razón pertenece únicamente al gerente de esta
sucursal, Alfredo del Palacio. Esta persona ha despedido ya a cuatro
trabajadores y trabajadoras. Cuatro trabajadores que se han quedado sin trabajo
para que el Señor del Palacio pueda enchufar a sus amistades. Y esta es
la única razón.
Cuatro personas tendrán que sufrir las graves
consecuencias de quedarse sin trabajo porque este señor prefiere rodearse de
sus amistades, a pesar de que con ello pueda destrozar la vida a varios de
nuestros compañeros y compañeras. No le ha temblado la mano y, por tanto, es
nuestra obligación señalarle y haceros saber qué clase de persona es la que dirige
nuestra sucursal.
Por último, queremos animaros a participar
en las próximas concentraciones y movilizaciones que estamos organizando en
contra de estos despidos.