La huelga del 30 de mayo, además de ser una respuesta rotunda y un acto de desobediencia y compromiso, será un impulso decisivo al proceso social ya iniciado

jueves, 9 de mayo de 2013


 


La lucha sí ha dado sus frutos. Desde el comienzo de la crisis Euskal Herria ha venido contestando. Hemos respondido a la serie de ataques que se nos vienen imponiendo, incluso con varias huelgas generales, y lo más imporante, día a día, en empresas, en sectores y en la calle.

Los gobiernos de Iruñea y de Gasteiz saben que en Euskal Herria no pueden hacer ni todos los recortes ni todas las privatizaciones que se les antojen. El gobierno de Nafarroa, ahogado en su propia corrupción y en la soledad más absoluta; el de Gasteiz que ha tenido que retirar sus presupuestos que recortaban 1.200 millones de euros. A causa de su ruptura absoluta con la sociedad y de su falta de credibilidad son gobiernos en crisis. Y esto es fruto, también, de la presión ejercida por la sociedad.

También la patronal se las prometía muy felices con la reforma laboral que le regalaron en Madrid. Y, sin embargo, la lucha que estamos llevando a cabo en empresas y sectores ha dado sus frutos: estamos blindando nuestros convenios ante esa reforma laboral. Esta huelga tiene que servir para dar un impulso también a esa lucha. Queremos construir otro modelo, pero otro modelo social y laboral es imposible sin instrumentos como la negociación colectiva, y no hay modelo posible sin derechos laborales.

La situación de emergencia social nos obliga a dar una respuesta contundente

Los niveles de desempleo son insostenibles e inaceptables, y cada vez más gente no recibe ningún tipo de prestación; continúan en sus políticas de privatizaciones, tanto desde Madrid, como desde Iruñea y Gasteiz; es toda una estrategia de empobrecimiento, con los salarios, las pensiones y la protección social en el punto de mira.

Ante todos los ataques que llegan de Madrid, hacen caso omiso a lo que reclama la sociedad de Euskal Herria y se alinean con el capital. Dicen, a veces, que están obligados a ello, pero otras muchas, como en la próxima reforma de las pensiones, tanto UPN como PNV dan su pleno apoyo.

Todas esas políticas tienen como objetivo enriquecer aún más a unos pocos y son las que nos han traído a esta situación de emergencia: no es fruto de la crisis, sino consecuencia directa de las políticas que se están aplicando con excusa de la crisis. Nos están llevando a la ruina y lo saben. Tenemos que obligar a que cambien las prioridades de los gobiernos de Euskal Herria: de los intereses de la banca y las grandes mutinacionales –o el provecho personal, como en el caso escandaloso de UPN- a la mayoría social trabajadora.

Más que una respuesta

Debemos dar la respuesta más contundente que esté en nuestra mano y ésa es la huelga general. Hemos respondido hasta el momento y ha tenido sus frutos, pero no es suficiente. Por eso, debemos poner en marcha todo un plan, un plan para aunar fuerzas, para unir y activar a toda la sociedad y para construir la alternativa entre todas y todos.

No queremos volver a tiempos pasados. Necesitamos un verdadero cambio social en Euskal Herria y entre todas y todos tenemos que decidir en qué debe basarse ese cambio. Necesitamos una alternativa que deje de mirar al desastre al que nos aboca Madrid y que se base en las decisiones que tomemos aquí la mayoría social trabajadora de nuestro pueblo.

Va a ser un proceso social que dé la vuelta a la situación y como primer paso vamos a, entre todas y todos, conformar la carta social de Euskal Herria. Y esta huelga, además de ser una respuesta rotunda y un acto de desobediencia y compromiso, será un impulso decisivo a este proceso social.

30 de Mayo Huelga general!

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